En la economía, también se suele echar mano de los sofismas, es así, que siendo cierta la controversia surgida entre Estados Unidos (EE. UU.) con China y México, que incentivaron el alza del dólar, ésta, no es la causa fundamental para que la devaluación frente al dólar, en mayo, haya alcanzado el 2,3% tanto así, como los desencuentros que entre el ejecutivo y el congreso peruano vienen dándose.
Que mayo haya sido el mes que más ha impactado a la moneda peruana (sol) frente al dólar, en lo que va del año, solo se debe en parte al veto que EE.UU. ha ejercido sobre la marca china Huawei y la subida de aranceles que también ha decretado para los productos mejicanos, la otra parte es debida al conflicto surgido entre la administración de Martín Vizcarra (Presidente del Perú), y la bancada del partido mayoritario en el congreso Fuerza Popular, cuya líder se encuentra con prisión preventiva desde el 1 de noviembre del 2018, cerrando el mes con una inflación de 0,15%.
Es preocupante porque en números redondos, el dólar pasó de abril a mayo de S/ 3.30 a S/ 3.40, siendo la mayor alza registrada en tres años (data: Banco Central de Reserva), repercutiendo negativamente para nuestra economía en los mercados financieros del mundo.
Es verdad que la divisa peruana recibió el impacto de Washington, cuando Donald Trump anuncia el veto a Huawei por espionaje y luego sube los aranceles a su vecino del sur, pero es aquí, donde el ejecutivo y el legislativo en vez de ir hacia una mutua conciliación aprietan el acelerador para un mayor enfrentamiento, por un lado el parlamento archivando el proyecto del ejecutivo sobre inmunidad parlamentaria, y luego el presidente Vizcarra pidiendo cuestión de confianza sin descartar la disolución del congreso.
El enfrascamiento en las pulsadas de poder tanto del gobierno como del congreso, se traducen para la población, en el abandono a la solución de los grandes problemas que se deberían afrontar como lo es el decrecimiento de la economía, la cual en vez de ir creciendo con una meta mínima según el FMI, del 3,5% del PBI, se viene proyectando con un desalentador 2,3%, más aún cuando lo que necesita el país es un crecimiento mínimo del 4% para atender la desocupación que ya presenta signos alarmantes de crecimiento, más aún si consideramos las demandas por puestos de trabajo que se han sumado con la inmigración venezolana que ya bordea el millón.
Otro gran problema que espera solución, es la inseguridad ciudadana cuyos índices de alta criminalidad han aumentado, tanto en número como en agresividad, y que en opinión de especialistas el fenómeno está ligado a los indocumentados extranjeros que diariamente ingresan al país y que no es frenada.
La "cuestión de confianza" del ejecutivo hacia el legislativo es válida, pero tiene sus límites, son parámetros que ni uno ni el otro poder quieren entender. Por un lado el presidente Martín Vizcarra, a través de su primer ministro pide al congreso aprobar leyes de rango constitucional poniendo plazos desoyendo el artículo 206 de la Constitución " Toda reforma constitucional debe ser aprobada por el Congreso con mayoría absoluta del número legal de sus miembros, y ratificada mediante referéndum ...///"
Todo este ruido político ha paralizado el crecimiento económico del país, porque las inversiones han comenzado a postergarse; es cierto que debemos hacer reformas, pero estas deben realizarse dentro de los cauces constitucionales.
Respecto a la corrupción del "Club de las Empresas" en desmedro del país, estas empresas deben ser sancionadas al igual que los operadores políticos para tan nefasto fin, eso sí, respetando el debido proceso y no tomando la prisión preventiva como adelanto de una pena que todavía no ha sido sancionada por los jueces.
El país somos todos, seamos conscientes de que la selva peruana, devastada por el terremoto del 26 de mayo último, y la costa norte golpeada por el maretazo de hoy 03 de junio en Trujillo, que se suma al daño ya causado por el desborde de los ríos, no pueden seguir esperando, mientras se dan infructuosos enfrentamientos de las autoridades principales; es hora de que el ejecutivo comience a destrabar las inversiones que están listas para poner a trabajar a la población desocupada, y así brindar la infraestructura necesaria para el desarrollo, y el legislativo por su parte, empiece a evacuar la leyes que se necesitan para llevar adelante al país en su justo crecimiento económico, que generosamente nos brinda la naturaleza diferenciándonos en toda la región, en sus potencialidades de minería y agroindustria.
Es hora de deponer pretensiones políticas subalternas y preponderar la agenda país en pro de la competitividad de cara al mundo, y que todos los peruanos son capaces de hacer cuando se lo proponen.