Del 18 de abril, al 15 de septiembre 2024, el Museo arqueológico e histórico: Pointe-à-Callière de Montreal presenta por primera vez en Canadá la exposición: Los Olmecas y las civilizaciones del golfo de México . Escribir este artículo, sobre una improbable exposición de los Olmecas, presentada en la ciudad francófona de Montreal en Canadá, es algo que realmente me sorprendió. Ver en la calle del Viejo Puerto de Montreal unos llamativos pendones y lonas promocionales que apelaban a una exposición sobre los Olmecas; esa desconocida civilización milenaria la cual permanece siendo un misterio para los pocos que la conocen, así como para los mexicanos y para tabasqueños y veracruzanos.
Los Olmecas fue una civilización aún más antigua que los mayas y que los aztecas, por eso se le conoce como la cultura madre, florecieron y se desarrollaron en el sur de México, dan forma y sentido a la noción de Mesoamérica, logrando abarcar lo que hoy es Belice, Guatemala y en México en los estados de Tabasco, Veracruz y Chiapas. Desde muy niña conozco sobre los Olmecas, de quienes seguramente llevaré sangre por mis venas, ya que nací en lo que hoy es Tabasco y el símbolo por antonomasia de la ciudad de Villahermosa en Tabasco, es la famosa cabeza Olmeca, la más grande y mejor conservada y proporcionada de las 17 cabezas colosales que hasta la fecha se han encontrado.
Esta exposición en Montreal se empeñó en transportar titánicamente desde San Lorenzo, en Veracruz, una de las 17 cabezas encontradas a la fecha, una hermosa cabeza que pesa varias toneladas (documentada como la cuarta), que algunos dicen que no es tan hermosa como la de Tabasco mi tierra natal, pero que ya había visto en fotografías y en los libros de historia local de la escuela secundaria, sin lugar a dudas esta cabeza que trajeron a Montreal es hipnótica y tiene un esculpido y acabado único, que fue trabajado sobre piedra ígnea de basalto gris, con un satinado tenue que debió hipnotizar a los Olmecas cuando fue realizada, a colonizadores o a los posteriores mayas.
Para los Olmecas hubo tres momentos de su redescubrimiento en el siglo XX, primero en 1926 cuando el danés Franz Bloom, encuentra la cabeza 1 (de 17), junto a Oliver La Farge auspiciados por la Universidad de Tulane, en La Venta, Huimanguillo, Tabasco. Después el estadounidense Matthew Stirling, hace más documentaciones, para seguirle Robert Heizer, Philip Drucker, Robert J. Squier y el mexicano Eduardo Contreras. Fue en los años cincuenta del siglo pasado cuando el poeta tabasqueño Carlos Pellicer Cámara que además de poeta, era museólogo, que al realizarse excavaciones en la Venta, Tabasco, para habilitar pozos petroleros, ideó y convenció al gobierno de Tabasco y México de trasladar al corazón de Villahermosa un museo de sitio: La Venta, ya que las cabezas y varias otras esculturas en piedra fueron encontradas en el asentamiento más importante de la cultura Olmeca: La Venta, en Huimanguillo en plena época de expansión e industrialización petrolera en Tabasco.
Escuchar a mi guía de la exposición, una canadiense angloparlante referirse a las 17 cabezas Olmecas, me causa mucha curiosidad y aún más escuchar hablar fluidamente sobre los Olmecas en una lengua anglosajona, ya que el tour estaba disponible en francés e inglés. El público que ingresó a la exposición conmigo, se tomaba fotos con la cabeza colosal, observaban interesados las instalaciones y piezas arqueológicas y los niños jugaban con los materiales lúdicos que habían concebido para la exposición sus realizadores para captar su atención. Exhibir piezas arqueológicas es todo un arte, se crearon peanas o bases especiales circulares para exhibir las esculturas, algunas de éstas traían fotografías de como se “descubrieron” originalmente cuando fueron reencontradas las piezas. Había juegos de luces y animaciones inspiradas en los Olmecas en las paredes y sonidos ambientales.
Todo estaba muy sistematizado y la exposición era inmersiva, ni muy larga ni muy corta. Verla así es para mí una experiencia diferente a como se presentan las piezas Olmecas en Villahermosa, en el museo de sitio La Venta, ya que Carlos Pellicer concibió un ecomuseo donde las piezas estuvieran a la intemperie rodeadas de su ecosistema selvático y de su fauna, así que cuando un tabasqueño enseña el museo la Venta a amigos o parientes del extranjero, vamos a sudar, a caminar en bermudas, entre mosquitos, a sentir el calor y la humedad, y las luces y las sobras del trópico. Sin embargo, esta noción de ecomuseo ya no es idónea para las piezas milenarias, ya que, en dos ocasiones recientes, las cabezas principales han sido vandalizadas. Además, las piezas milenarias están expuestas a las condiciones del cambio climático, inundaciones, esmog y polvo.
Fuera de esta exposición temporal de Montreal se pueden ver piezas o cabezas Olmecas en el famosísimo museo de Antropología de la Ciudad de México, o en tres sitios diferentes en Veracruz, México. Hace dos años mi amigo el escultor tabasqueño, Baltazar Hernández, un gran maestro de arte popular mexicano, y un grupo de gente me comentó que habían ido en busca de las 17 cabezas en una especie de peregrinación, para que Baltazar posteriormente le tomara medidas y detalles e hiciera réplicas, ya que en México ni en el mundo es posible ver las 17 cabezas juntas pues están desperdigadas en diferentes sitios. Ellos fueron con la misión de documentarlas. Para proponerlas al gobierno de Villahermosa de situarlas en la avenida del paseo Tabasco en tamaño real, pero este proyecto que lleva varios años, no se ha materializado. Y no sabemos en México o en el mundo, donde ver las cabezas. Por lo que encontrar este verano una milenaria cabeza monumental es un encuentro insólito, la cabeza brilla y sonríe como si quisiera decir algo a los quebequeses y a los turistas que visitan Montreal. La gran cabeza fuera de su patria mexicana es una gran revelación de yuxtaposiciones geográficas. Después de todo Montreal no está tan lejos de México y México no está tan lejos de Montreal.
Esta exposición fue posible gracias a una colaboración del INAH (Instituto Nacional de Antropología e Historia) de México, la Secretaría de Cultura de México, así como el Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México y una docena más de instituciones culturales y sitios arqueológicos de México. El único detalle que podría señalar para su mejora, es que en los mapas de la exposición no delimitan o señalan lo que hoy es el estado de Tabasco, pieza fundamental de la cultura Olmeca por encontrarse en Tabasco el principal asentamiento arqueológico en La Venta Huimanguillo, y el museo de sitio que está en el corazón de Tabasco, La Venta.
Como parte de las actividades de la exposición, próximamente habrá dos conferencias: La evolución del maíz y su importancia en América y, Mesoamérica Antigua. Las visitas guiadas están a disposición en la recepción del museo. Un libro de 65 páginas se editó para la exposición llamado: Olmecas y las civilizaciones del golfo de México, se trata de una edición especial con gran calidad impresa disponible en inglés y francés en la boutique del museo.
Un agradecimiento especial al museo Pointe-à-Callière por recibirnos a la gran Frida Velarde y a mí y, por obsequiarnos dos ejemplares del libro de la exposición. Deseando que en México en el sexenio presidencial siguiente se puedan dar en préstamo internacional, piezas prehispánicas para que la cultura universal proveniente de Mesoamérica llegue a sorprender y a resonar más lugares en el mundo. Esperando también que el museo de sitio de La Venta en Villahermosa, planeé mover las piezas arqueológicas Olmecas de la intemperie a un espacio idóneo interior, en simbiosis con la naturaleza del trópico húmedo donde vivieron los Olmecas.