Recientemente asistimos al evento-subasta de arte llamado “Curanderías Migrantes” organizado por la Casa de la Mujer Inmigrante Latinoamericana, en el local del Regroupement Loisir et Sport du Québec en Saint-Léonard. Fue una velada llena de arte, música y solidaridad.
Al llegar fuimos recibidos con la cálida bienvenida de Sandra Londoño, fundadora de la Casa de la Mujer Inmigrante Latinoamericana. Simultáneamente el grupo musical “Eventos Musicales Montreal” deleitó a los asistentes a su arribo con un repertorio de bossa nova, música latina romántica y otras melodías que crearon un ambiente acogedor y emotivo. Los quioscos de las artistas latinoamericana ya estaban instalados, exhibiendo sus mejores obras las cuales se ofrecieron a la venta. Cabe destacar la rica pausa gastronómica de la velada con exquisitos bocaditos y bebidas que deleitaron a los asistentes.
Tras una maravillosa introducción, Marcella Gómez presentó oficialmente el evento, dando paso a las palabras de Aura Flores, directora de la Casa de la Mujer Inmigrante Latinoamericana. En su discurso, Flores expresó su profundo agradecimiento a todos los asistentes, resaltando que su apoyo era invaluable para el éxito de esta iniciativa. “Acabamos de cumplir un año de fundación y quiero señalar que esta casa les pertenece a ustedes y a todas las mujeres inmigrantes hispanas en Canadá”, declaro entusiasmada Flores.
Una de las participantes en la creación de la obra textil compartió con entusiasmo: "Usamos muchos retazos de telas con los que creamos conjuntamente en grupo esta pieza, que representa la unión, la memoria y la fuerza de las mujeres inmigrantes latinas".
El punto culminante de la noche fue la subasta de esta obra textil, donde se vivieron momentos de suspenso, entusiasmo y alegría compartida. La subasta de la pieza textil comenzó a 150 $CAD para terminar en 300$CAD.
Fue Jesús Hernández Limones, representante de CI Canada Solutions en Inmigración, quien adquirió esta significativa obra artística para colgarla en su oficina. Durante su intervención, Jesús agradeció la invitación de Sandra Londoño, fundadora de la Casa de la Mujer Inmigrante Latinoamericana, y compartió su propia experiencia como inmigrante en Montreal, Canadá.
Jesús relató que llegó a este país hace muchos años, eligiéndolo por considerarlo un lugar justo y equitativo, y confesó con una sonrisa su fascinación por la nieve. Aprovechó la oportunidad para ofrecer palabras de aliento a las nuevas inmigrantes latinas, asegurándoles que Canadá es ahora su hogar, un país que brinda protección y oportunidades.
"Este es un lugar ideal para que las mujeres puedan desarrollarse, crecer y sentirse realizadas", afirmó con convicción, destacando la importancia de aprovechar todo lo que esta nueva tierra tiene para ofrecer.
Curanderías Migrantes no solo destacó por la creatividad y el talento de estas mujeres, sino también por ser un recordatorio del poder sanador del arte y su capacidad para unir comunidades y contar historias que inspiran.