No puedo decir que soy fanática de la música clásica, pero si me gustan mucho algunas piezas, sobre todo los valses vieneses. Sigo descubriéndola a medida que asisto a conciertos de esta índole. Mi primer contacto con la música clásica fue en Europa ya que allá es muy común asistir a esto tipo de conciertos el que está muy al alcance de la población.
Para nosotros el momento marcante de la noche fue la interpretación de la canción Amazing Grace, en homenaje a las víctimas del 11 de setiembre. Alexandre Da Costa y la orquesta interpretaron esta pieza musical de manera magistral. Un dato que no conocíamos sobre esta canción cristiana era que fuera creada en el año 1772 por el poeta pastor anglicano John Newton, sin duda uno de los himnos más queridos de los últimos siglos. Nuestras almas se llenaron de compasión y amor. ¡Bravo, Alexandre!
Finalmente, los amantes de los valses vieneses estuvimos muy satisfechos de la interpretación de tantos valses de Johan Strauss recordando los tiempos del castillo de Sissi. Entre los valses interpretados citamos, el Vals del Emperador, El Danubio Azul, y para ponernos más alegres la linda Polka vienesa Tritsch Tratsch Polka y el Rondo.
El público pedía más y muchas veces Alexandre da Costa acompañado de la orquesta volvieron al escenario para deleitarnos con más melodías. Realmente el contacto entre el público y Alexandre Da Costa fue muy cercana y la misión de democratizar la música clásica se logra plenamente ya que Alexandre hizo sentir al público cómodo para manifestarse cuando quisiera aplaudiendo o bailando en sus asientos.
Cabe mencionar que Alexandre Da Costa tiene una exitosa carrera artística y cuenta con una gran visión para la dirección de una orquesta sinfónica donde el papel de director de orquesta y violinista se reduce a un solo papel, como lo relata él mismo siguiendo la tradición clásica y romántica de la época donde se les denominaba concierto/máster. Alexandre es uno de los pocos directores de orquesta a dirigir de esta manera, y el único en el territorio americano.
Final Apoteósico - Alexandre da Costa presentó a su esposa Martine Cardinal, directora general del festival y a su hijito. Mencionó que al igual que Strauss la música clásica se hace en familia. Y así fue, ya que la última canción que nos ofreció fue una inspiración y a pedido de su hijo Mattenzo, basada en la música de Beethoven. Su hijo, la mascota del festival, dirigió al público para que al compás de las palmas alienten a su papá y la orquesta.
Si usted todavía no ha escuchado a Alexandre da Costa, los invito a visitar la siguiente página
para que no se pierdan los próximos conciertos que son gratuitos:
https://festivalstradivaria.ca/programmation