Con las actas procesadas al 100% en la reciente jornada de votación llevada a cabo en Perú, el panorama luce más que incierto. Tras la sorpresa que el candidato más votado sea un profesor de origen campesino, quién pasó del 4% al favorito en tan solo una semana, de cara a la segunda vuelta, la tarima electoral queda así: por un lado, el candidato de izquierda (Perú Libre) Pedro Castillo, que llega con 19% de preferencia electoral; frente a Keiko Fujimori, candidata de derecha (Fuerza Popular) que alcanzó poco más del 13% de los votos. Un profesor y la hija de un ex presidente, hoy preso, que empiezan la carrera para definir quien se convierte en el próximo gobernante del Perú.
Muchos se preguntaban cómo, de dónde y por qué, un maestro prácticamente desconocido, se convirtió en outsider de estas elecciones. La respuesta saltó por sí sola; porque estamos frente a un país cansado y para muestra un botón: Huancavelica, considerada la región más pobre del Perú (donde apenas el 30% de su población goza de agua potable), es el departamento donde más del 50% de sus habitantes votó por Pedro Castillo.
En la más reciente actualización de sus cifras sobre el coronavirus, el Financial Times, recoge la preocupación global de que las muertes reportadas por COVID-19, no reflejan el verdadero impacto de la mortalidad del coronavirus alrededor del globo. En ese contexto, los países más afectados como Perú y Ecuador, ha visto más de 1,000 muertes en exceso por millón de habitantes.
En el Perú los esfuerzos de los políticos, muchos de ellos de partidos tradicionales, son muchos, pero los resultados aún insuficientes. La gente en la capital todavía se amanece en las calles buscando oxígeno o cama UCI y, si así están las cosas en Lima, en las provincias el panorama no pinta mejor. Quizá cansados de no encontrar respuesta y mejora, los peruanos emitieron un voto antitradicional. Eso explicaría el triunfo de Pedro castillo en 16 de las 25 regiones que tiene el Perú.
Pedro Castillo - Pero la verdad es que el cambio también asusta. A raíz de ese súbito triunfo, algunas perlas saltan a la luz. Pedro castillo, además de un abnegado maestro, resulta ser también un recalcitrante dirigente sindical del magisterio. Un informe de investigación policial, encabezada por un Ministro de Estado en el año 2017, reveló la existencia de fotografías y registros donde se veía a Pedro Castillo vinculado a un sector radical del magisterio. El detalle es que la Policía asegura que estaba vinculado al Movadef, órgano de fachada de Sendero Luminoso, (uno de los grupos terroristas más sangrientos en la historia del Perú).
Keiko Fujimori ha heredado los adeptos de su padre, pero alimentado al partido Fujimorista con una presencia activa en la política peruana. Ha perdido ya dos contiendas electorales, en el 2011 y 2016, pero en estos comicios vuelve con grandes posibilidades de triunfo si de alianzas se trata. Pero ojo, eso no quitará la sombra que también pesa sobre ella: por un lado, ser hija del presidente que encabezó el Gobierno más corrupto de la historia y por el otro, la actual investigación en su contra por cargos de lavado de activos en el marco de investigaciones de aportes irregulares a su campaña y del escándalo de corrupción Lava Jato, que la llevó a una detención preliminar en el año 2018.
Los grandes retos de nuevo mandatario del Perú
Esas son las dos opciones para los peruanos. Según los analistas, cualquiera que tome posesión del llamado sillón de Pizarro en Palacio de Gobierno, deberá enfrentar grandes retos: Primero, lograr estabilidad política; para ello nuestras próximas autoridades deberán asumir un compromiso democrático y de máximo esfuerzo de consenso. Segundo, gestión de pandemia; con eternas cuarentenas, campañas masivas de vacunación y excesiva campaña publicitaria sobre medidas de bioseguridad, hemos bordeado en un solo día las 400 muertes por coronavirus. No es posible que con un año de pandemia los peruanos tengan crisis de oxígeno, de camas UCI y muertes absurdas porque la gente no puede respirar.
Finalmente, el gobierno entrante deberá trabajar en la reactivación económica. Se dice que 4 de cada 10 peruanos perdieron sus empleos en pandemia, por lo tanto, hay una urgencia de recuperar empleos en el corto, mediano y largo plazo. Esto implica reconstruir la base económica a partir de la inversión privada para aspirar no solo a tener empleo, sino tener empleos formales, que otorguen beneficios de ley a los trabajadores.
Y la lista podría seguir con la seguridad ciudadana o achicar las brechas sociales, pero hasta aquí llegará el recuento. El 6 de junio 2021 el Perú se irá a dormir con una oración: que, tras conocerse al ganador de la segunda vuelta, amanezca un país con la esperanza de un futuro mejor.